Dos Alimentos Arquetípicos: LECHE y PAN

En este post podrás descubrir la lógica de las intolerancias a estos dos alimentos arquetípicos: leche y pan, conociendo cómo funciona tu INTESTINO DELGADO, cuya misión es la «ASIMILACIÓN«.

Por asimilación se entiende la incorporación a nuestro organismo de los nutrientes que hemos masticado, tragado y digerido en el estómago.
Hasta que el alimento no llega al intestino delgado, ni una sola molécula ha entrado en nuestro organismo.
 
El tubo digestivo es un pasadizo que no tiene acceso al interior del cuerpo, si no es a través del INTESTINO DELGADO. En este tubo de 5 a 7 metros de longitud, se seleccionan los nutrientes óptimos y se realizan los procesos de transferencia al torrente sanguíneo. 
 
Lo que no es posible incorporar o aprovechar pasa directamente al INTESTINO GRUESO, donde van a parar todos los desechos. El intestino grueso se encarga de absorber el agua que queda en estos restos (no se desperdicia nada) y hace posible eliminar lo que no es útil ni saludable a nuestro cuerpo.
 
Simbólicamente, hablamos de ASIMILACIÓN de cualquier temática que gestiona nuestro inconsciente: ideas, conceptos, acontecimientos, sentimientos, situaciones, relaciones, recuerdos, duelos, programas transgeneracionales, tu propio proyecto sentido gestacional, etc.
 
Si has comprendido el sentido biológico del intestino delgado, vas a comprender una de las temáticas más comunes: las intolerancias alimentarias a lactosa y gluten. Las proteínas que portan estos dos alimentos arquetípicos que son la leche y el pan. 
 

La Intolerancia a la Lactosa

La LACTOSA es el AZÚCAR que se encuentra en la leche. 
 
Normalmente, la enzima lactasa, que está presente en el intestino delgado, descompone la lactosa en azúcares más simples (glucosa y galactosa), para que puedan ser absorbidos por el torrente sanguíneo. 
 
Debido a que la LACTOSA es un compuesto de azúcar grande, no se puede absorber de modo natural. A fin de metabolizar este azúcar, el cuerpo necesita de la lactasa para descomponer la lactosa y formar pequeñas partículas de glucosa y galactosa. Estas moléculas más pequeñas de azúcar pueden ser absorbidas por las células del intestino con mayor facilidad. 
 
Cuando la actividad de la enzima lactasa es demasiado baja, la lactosa no se puede digerir, y pasa al intestino grueso, donde es fermentada por las bacterias de la flora intestinal. Esto puede provocar síntomas como flatulencia, dolor y diarrea
 
Algunas personas que tienen una baja actividad intestinal de lactasa pueden tomarse un vaso de leche sin experimentar ninguna molestia. Igualmente, los quesos duros, debido a su contenido bajo en lactosa, y los productos de leche fermentada, como el yogur, normalmente son bien tolerados.
 

Somos los únicos animales que continúan bebiendo leche durante la edad adulta, y leche de otras especies animales.

En nuestro inconsciente colectivo está profundamente inscrito que «tenemos que tomar leche para estar sanos y crecer fuertes, pues es un alimento completo, y nos reconecta con nuestra infancia». Como ya sabes, el azúcar es nuestro combustible, y simboliza la dulzura y la alegría de vivir.

Si eres intolerante a la lactosa, pregúntate: ¿Qué conexiones estoy haciendo en este momento?

Hay muchas tonalidades de este resentir que nos indica que «no asimilo», «no me está permitido asimilar», «necesito y no puedo asimilar»:
 
-Las moléculas de dulzura en la relación con mi madre.
-Mi papel como madre (o padre maternizado) con mis hijos.
-La lactancia que me dieron y no era para nada dulce.
-Mi madre está ausente, no se me permitió la lactancia.
-La carencia de afectividad y ternura en mi infancia.
-Mi papel como madre (o padre maternizado) con mis hijos.
-Me sobrepasa esta función materna porque mis hijos no tienen madre. 
-Mi madre me asfixia, me envenena.
…. y muchas más…
 
En la versión inversa:
 
-No me está permitido absorber la dulzura y el amor
-No tengo derecho a la ternura de mi madre
Rechazo el cariño, el almíbar del amor… no sé para qué sirve.
Recibir la dulzura del amor es peligroso
-La ternura y la dulzura son para mi como un tóxico
 
…. y muchas más…
 
Estas «heridas» son totalmente inconscientes, aunque se pueden sentir familiares al resentirlas, pues se grabaron cuando estábamos en un estado de hipnosis continua, desde los 0 a los 3 años, aunque también pueden haberse heredado por 3 y 4 generaciones, como medida de seguridad.
 
Se sabe que, después de las guerras, los niños nacidos tienen un menor deseo y necesidad de lactancia, pues sus madres no están en óptimas condiciones nutricionales ni psicológicas.
 
El bebé lo sabe, ya que durante su gestación está absorbiendo y asimilando todo lo que ocurre en su entorno, sin ningún filtro, preparándose para el hogar en el cual va a nacer y vivir. 
 

La Intolerancia al Gluten y la Celiaquía 

El GLUTEN es una glucoproteína que se encuentra en cereales de consumo, tan habituales como el trigo, la cebada, el centeno o la avena, y en otros cereales que son de consumo menos frecuente como son la espelta (también llamada trigo salvaje) y el triticale (cereal mezcla de trigo y centeno). 

A su vez, el gluten está compuesto por otras dos glucoproteínas: la gliadina y la glutenina.
 
El gluten es el responsable de la elasticidad de la masa de la harina, lo que permite que, junto con la fermentación, el pan obtenga volumen, así como la consistencia elástica y esponjosa de las masas horneadas.
 

Ahora que ya conoces cómo funciona nuestro intestino delgado, tanto a nivel biológico como a nivel simbólico, comprenderás fácilmente el origen de la intolerancia al gluten.

El PAN  es un alimento arquetípico por excelencia, y además es un alimento VIVO, pues procede de la fermentación de la masa que se realiza con las harinas que contiene. Se cuenta que fue un invento casual, como tantos otros, un descuido. Alguien dejó olvidada una masa de torta en crudo y cuando descubrió que había fermentado (que había crecido) horneó esta masa que nos ha cambiado la vida.

Si lees con atención descubrirás que hay muchos resentires que pueden estar detrás de esta intolerancia, que por costumbre y cultura, estaría ligada con la persona que «trae el pan a casa», «reparte el pan» y en la mayoría de los casos es el «paterfamilias» el cabeza de familia.

No tiene por qué ser el padre, sino quien ejerce la función de PATRIARCA, es conveniente recordar que esta figura tenía el poder absoluto de gestión y manutención sobre la esposa, hijos, esclavos, dentro de la familia, etc.
 
Diversos resentires, entre otros:
 
– Me impiden desarrollarme
– No puedo asimilar mi crecimiento
No me permito superar a mi padre
– Devoro a mi padre, no termino de saciarme de él
– La reunión familiar es peligrosa
– No asimilo estar solo, sin mi familia
– No tengo el derecho de alimentarme
– Un gran drama con un PADRE AUSENTE
– Un gran drama con un PADRE ABUSADOR
– Historias sucedidas en el campo, rodeados de cereales
– Las herencias de tierras y cultivos
 
…y muchas más…
 
Estos programas pueden estar inscritos hace 3 y 4 generaciones antes de su manifestación.
 
Conviene diferenciar los 3 niveles en los que se clasifica esta sintomatología:
 
  • SENSIBILIDAD La persona experimenta ciertas molestias derivadas de la ingesta de gluten.
  • ALERGIA El contacto con el gluten provoca en la persona una reacción alérgica de diversos grados, desde irritaciones hasta reacciones de anafilaxia.
  • CELIAQUÍA Se caracteriza por una lesión de la mucosa del intestino delgado que provoca una atrofia de las vellosidades intestinales. Esta atrofia produce una inadecuada absorción de los nutrientes de los alimentos que tomamos (proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas).
 

Fuente: Mi antiguo Blogger Bioneuroemociónenmadrid


 
Si te sientes identificado en alguno de estos dos casos de intolerancia hacia estos dos alimentos arquetípicos, la leche y el pan, o compartes la idea de que hay mucho más detrás de cómo te nutres, pídenos información.
 

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