Un caso de Incesto Simbólico

Hoy puedes leer sobre un caso de Incesto Simbólico que complementa mi publicación anterior: El Síndrome del Gemelo Perdido.

Te recomiendo leerla para aprender más sobre este síndrome que afecta a aquellos nacidos en fechas muy cercanas.

Podrás reconocer algunas de las características de este doloroso síndrome, como por ejemplo el flechazo, el amor apasionado e ideal al principio de la relación, y la dificultad de separarse, además de no ser realmente felices.

La codependencia es una de las consecuencias más dolorosas de esta programación

Uno de los casos de triste actualidad es el del conflicto arrastrado a lo largo de los años entre los gemelos simbólicos Rocío Carrasco Mohedano (29/04) y Antonio David Flores Carrasco (24/04) por cierto, no creerás que es «casualidad» que compartan el apellido CARRASCO porque, si estás leyendo mis publicaciones, tú ya no crees en casualidades.

En este caso que relato a continuación, podrás ver cómo se entrelazan las vidas de los gemelos simbólicos justo para poner luz a determinados conflictos y para encontrar sus soluciones.

 

Los Gemelos Simbólicos y el Flechazo

Este caso de Incesto Simbólico es la historia de dos Gemelos Simbólicos, cuanto más cerca cumplen años, más conexión. Ella, nacida el 20/02 y él el 28/02. 

Se conocen en una fiesta y surge el inmediato el contacto visual, un electrizante flechazo. Él, aunque ya tiene una novia, busca y persigue a su nueva conquista, abandonando la anterior relación y comenzando esta aventura amorosa. 
 
Ella, por su parte, se ve a sí misma, reflejada en él, siente que ha encontrado su ideal amoroso y cae en el encantamiento del amor.
 
Ambos son biológicamente diestros, así que hacen una pareja compensada: él la conquista y seduce, mientras ella se deja querer y se entrega totalmente.
 
Transcurren algunos meses y no pueden esperar para casarse, en una gran boda, llena de amor y de promesas. 
 
Cuando los primeros años transcurren, la atracción comienza a decaer, sobre todo después de nacer su primer hijo. Pasados tres años, ya casi no tienen relaciones íntimas y además incluso duermen en camas separadas, dicen que «por comodidad» y «para poder estar más cerca del niño», comenta ella.
 

Ni siquiera se plantean una separación, pues viven su relación como un pacto sagrado, como una hermandad. Ya están muy compenetrados en lo profesional, en la vida hogareña y en la crianza del pequeño. 

 

El principio del fin:  «NI CONTIGO NI SIN TÍ»

A medida que la relación se enfría, comienzan las disputas y los roces: «ni contigo ni sin ti»… ésta es la relación de «los inseparables» los gemelos simbólicos que son como siameses.

La separación sería muy dolorosa y sin embargo estar tan juntos, tan pegados, es muy incómodo. Éste es el claro ejemplo de una relación entre gemelos simbólicos. 

Una vez en consulta, le pido a la mujer que traiga las fotografías que conserva de su infancia, sobre todo con su padre y abuelos.
 
Al recopilarlas en casa, me llama por teléfono, hecha un mar de lágrimas, porque se ha dado cuenta de que su marido es idéntico a su papá, lo vio en una fotografía, cuando ella no era más que un bebé. 
 
Así es como genera nuestro inconsciente las soluciones que necesita: en este caso, la búsqueda de papá, que se manifiesta también en la fecha del santo de su padre, José,  que coincide con la fecha de nacimiento de su marido.
 
Fuente: Mi antiguo Blogger

 

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Paz del Real